lunes, 20 de agosto de 2012

PROYECTOS PEDAGÓGICOS EN "LA OLA" Y "ESCRITORES DE LA LIBERTAD"

Para realizar un análisis frente a las implicaciones que resultan de los Proyectos Pedagógicos, se hace necesario tener en cuenta algunos aspectos claves, como lo son: caracterización y lectura de contexto; definición de una metodología de trabajo y plan de acción; establecer metas y límites; definir un proceso de evaluación, y encontrar un equilibrio entra la objetividad y la subjetividad.

Por esta razón, al comprender la vida a través de cada una de sus etapas, encontramos un sin números de obstáculos y pruebas que se encuentran plenamente ligadas al proyecto de vida de un individuo; es así, como el maestro desarrolla en la construcción de la realidad una claridad en sus metas u objetivos, fijados hacia el mejoramiento de los estilos de vida y la importancia del reconocimiento de los límites.

Además, el desarrollo de cada una de las dimensiones que integra el ser humano, demanda un continuo cambio, que aunque contempla la realidad no como un mito sino como  aquello que parece ser, este requiere una manera más lógica, precisa y consistente de pensar sobre los problemas y determinar las causas y efectos entre las acciones y los resultados.

De este modo, los proyectos ideados por los maestros Gruwell y Rainer, en los films “Escritores de la Libertad” y “La Ola” respectivamente, al ser de naturaleza cualitativa, tratan de identificar la naturaleza profunda de las realidades y su sistema de relaciones desde una estructura dinámica. Haciéndose fundamental al decidir implementar dichos proyectos, partir de una caracterización y lectura de contexto como lo hace la maestra Gruwell; pues las tradiciones, los conceptos, las experiencias y los relatos de una sociedad, atienden a un saber pedagógico, distinguido por el devenir histórico de las prácticas educativas, que han sido definidas por un orden político-económico, en un intento por reorientar la mirada pedagógica mundial.

Por tanto, todo éste saber pedagógico, que parte de un orden social y obedece a una disposición política-económica, emana el esfuerzo de una colectividad por comprender cuál es el sentido de la educación, y generar múltiples respuestas en torno a ello, como: instruir o guiar, aconductar, disciplinar y formar, entre otras.

Igualmente, es claro, que se debe tener definida una metodología de trabajo y un plan a seguir, como los maestros mencionados anteriormente, quienes decidieron optar por planear una serie de actividades y clases que perseguían un objetivo de formación; sin embargo la pregunta se hace evidente: ¿qué tipo de formación? Y ¿por qué formar? Aunque los maestros atendían a unos intereses diferentes, es esencial en el proceso de planeación del proyecto, acentuar en los objetivos y las metas que pretenden alcanzar, teniendo en cuenta dos criterios, uno filosófico y ético, desde la reflexión de lo que desean realizar y porqué; y otro criterio relacionado con las implicaciones metodológicas, claridad y concreción sobre lo que quieren y no quieren abarcar. También, idear unas metas, frente al alcance que quieren tener con éstos Proyectos.

Sin embargo, el planteamiento de los objetivos, según los niveles de investigación  son explicativo-descriptivos dado que intentan responder los porqués, explicando las causas de un fenómeno en un contexto, intentando dar cuenta de la realidad y hacerla comprender a través de la descripción de los hechos.  

Todo este proceso, al irse ejecutando, va proporcionando evidencias del alcance y las consecuencias de las acciones emprendidas, y de su valor como mejora de la práctica, las cuales no tuvo en cuenta el profesor Rainer, ya que ignoró y omitió por completo el proceso de evaluación, solo hasta que finalmente, comienza a salirse de sus manos las situaciones que se presentaban con los estudiantes y los enfrentamientos con otros miembros de la comunidad en general.

Es posible incluso encontrarse ante cambios que implique una redefinición del problema, ya sea porque éste se ha modificado, porque han surgido otros de más urgente resolución o porque se descubren nuevos focos de atención que se requiere atender para abordar nuestro problema original; como en el caso de la maestra Gruwell, quien tuvo que restructurar todo el planteamiento que inicialmente había realizado, ya que la evaluación, además de ser aplicada en cada momento, debe estar presente al final de cada ciclo, dando de esta manera una retroalimentación a todo el proceso.

Uno de los criterios fundamentales, a la hora de evaluar la nueva situación y sus consecuencias, es en que medida el propio proceso de investigación y transformación ha supuesto un proceso de cambio, implicación y compromiso de los propios involucrados.

No obstante, una buena educación no depende únicamente de la implementación de un modelo pedagógico, un plan de acción y un proceso de evaluación, sino que concibe un análisis de los modelos pedagógicos ensayados; logrando conocer cómo los componentes estructurales de la práctica pedagógica moderna se han venido superponiendo sobre la escuela y sobre el maestro.

Es por esto, que la propuesta más innovadora en la educación, apunta a que el maestro promueva la construcción del conocimiento, resignificando la labor docente en una tarea de creatividad, la cual vincule el saber y las tecnologías de organización, como quiso pretender el docente Rainer en su curso de Autocracia.

Análogamente, vemos que los maestros se enfrentan ante una disyuntiva que parte del rol asignado y el saber pedagógico, las cuales propician una formación en subjetividad; entiéndase ésta como las percepciones basadas en el punto de vista de un sujeto, influido por sus intereses y deseos particulares. Para el maestro Rainer Wenger el iniciar un proyecto, promovido por la ira de haber sido cambiado de curso, y por la ganas de satisfacer sus propios ideales, mostrando lo que era capaz de hacer, provocó en él una pérdida de la objetividad, desconociendo la implicaciones que podría tener el proyecto en los estudiantes e ignorando que la comunicación en el aula debe tener carácter clínico o didáctico en sentido que el docente tiene que reconocer que su misión es la de optimizar el desarrollo de los aprendizajes, aplicando estrategias y métodos que promuevan desde su actuar cotidiano.

Este reconocimiento elimina los convencionalismos de docente prepotentes y agresivos que generan estrés en lo estudiantes y promueve la concienciación de que la comunicación es un acto en el cual tanto el docente como el estudiante se encuentran entre sí como lo que son seres humanos en un proceso de aprendizaje.

Consecuentemente, hay que advertir la posibilidad o imposibilidad de establecer una educación alejada de la política, ya que somos seres humanos que vivimos en conjunto, atendiendo a un objetivo común. Así, la formación es un derecho de todos que debe ser asegurado, pero ello, implica fundar unas condiciones favorables, en un sentido político-económico, que respalden el buen desarrollo de ésta.

Por otra parte, existe el riesgo de considerar al maestro como una ‘víctima’ del sistema, y el folklorizar la historia. Si bien, estos dos aspectos, deben tener un cierto equilibrio, ya que ayudan a convertir las contradicciones en condiciones de posibilidad que en la mayoría de los casos ayuda a renovar el acto pedagógico; dicho sea el caso del Proyecto “Escritores de la Libertad”, quien liderado por la profesora Gruwell, renueva completamente la perspectiva del quehacer pedagógico del maestro en el aula, a nivel institucional; puesto, si bien arriesgó su matrimonio, al involucrarse ‘demasiado’ en la búsqueda de bienestar para sus estudiantes, mantuvo una lógica objetiva cuando no le dio un valor agregado al proyecto, que parta solo desde su satisfacción personal. Si la relación es adecuada, el trabajo del maestro es realizado eficientemente y las situaciones son desarrolladas favorablemente. De esta manera una activa relación entre maestros y estudiantes cultiva la efectividad en el proceso de enseñanza y en los procesos de evaluación para la construcción de experiencias innatas e integrales.

De igual forma, los dos educadores, se encuentran encadenados en cuanto al desarrollo de sus clases, puesto que no se les está brindando las condiciones necesarias para un adecuado proceso de enseñanza-aprendizaje; por ejemplo, si el maestro desea realizar trabajos de campo y/o salidas pedagógicas con sus estudiantes, no puede ya que tiene a su cargo un número excesivo de  éstos.

Asimismo, se repite dicha  situación al momento de emplear diferentes materiales didácticos pues no hay los recursos suficientes para hacerlo, y si el profesor decide utilizarlos se ve obligado a destinar parte de su pago (como la maestra Gruwell), o en el peor de los casos, tener que recurrir a adquirir otro trabajo, para la creación de dichos elementos o, sino, pedírselo a sus alumnos; sin embargo, debemos tener en cuenta que gran parte de nuestra sociedad no cuenta con los medios necesarios para adquirir estas herramientas, aunque el maestro no debe tomar esta situación como una excusa para no romper con la rutina de sus clases e innovar con métodos en los cuales genere en sus educandos mayor motivación por aprender.
Empero, hoy por hoy, la enseñanza tal parece que ha pasado de un lugar privilegiado a uno secundario, dando paso a la racionalidad del capital y de una inversión específica a costos en un bienestar individual y no colectivo. Siendo atendida bajo una óptica diferente y forzándola a modernizarse, pretendiendo hacer más con menos.

Evidentemente, hemos de notar que la intención de la sociedad no es presentar al maestro como el educador ideal, al desvalorizar su labor como la fuente de conocimientos y saberes latentes para la formación ética, moral e intelectual de los alumnos. Viéndose ésta afectada día a día y claramente subestimada como un continuo adiestramiento regido por un transmisor de conocimientos (docente) enviado a un receptor (alumno); lo cual provoca una enorme connotación al presentar altibajos a lo que se le ha llamado la educación “moderna”,  al intentar generar un modelo activo tanto para los maestros, quienes se convertirán en orientadores y promotores de cambios positivos; como para los estudiantes, cuyos aportes contribuirán a un pleno proceso de formación y desarrollo cognoscitivo.

Entonces, los que se cuestionan muchos maestros, dadas las diversas situaciones que envuelven el saber pedagógico, y no siendo excepción, el caso de los maestros líderes de “Escritores de la Libertad” y “La Ola”, es: -¿Qué debemos hacer primero, cambiamos el sistema de enseñanza para educar bien o educamos bien para cambiar el sistema de enseñanza?-

Si se espera a cambiar el sistema de enseñanza es necesario hacer toda una modificación en las estructuras a escala general, en cada centro educativo, como lo pretendía Rainer; lo cual, va a llevar más tiempo. De lo contrario, si se empieza por la segunda opción, educando a conciencia, trabajando valores y principios, se le está dando la oportunidad, a los estudiantes, de afianzar su seguridad personal, de levantar su autoestima y quererse a sí mismo; de acrecentar su nivel de solidaridad y de compromiso, de aprender a convivir, de ser responsable y de dedicar su vida a servir y ayudar a la humanidad. Logrando esto, seguramente cambiará el sistema de enseñanza, lo cual pudo alcanzarlo la maestra Gruwell.

Finalmente, frente a las implicaciones que tienen los Proyecto Pedagógicos, el asunto es lógico: cada vez que se abría una ventana, cada que entraba una luz lo que se aclaraba era la inquietud, se hacía mayor, más compleja, se volvía un problema de investigación, y por tanto cada acontecer en el aula es objeto de observación, seguimiento, planeación y evaluación.

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