Eloísa Vasco
Montoya, pionera en el desarrollo investigativo desde los diferentes campos del
conocimiento, Ph.D. en Educación y Magister en ciencias políticas, es un referente
ineludible, en cuanto a la investigación en el ámbito escolar se refiere, de
ahí que en su
publicación ‘El maestro se decide a
investigar su propia práctica’ es de comprender su gran interés por
rescatar el papel trascendental que tiene la investigación en el aula y
establece una formación de maestros, basada en sus experiencias y saberes;
sugiriendo la investigación educativa y la introspección pedagógica como el
factor fundamental para el mejoramiento de la calidad educativa desde la
implementación de hábitos y habilidades propios de un maestro investigador.
De igual
importancia; se proponen Los problemas de investigación, como unos derivados de la complejidad del acto
educativo, que exigen a su vez estrategias,
métodos viables y aplicables para su resolución, en pos del
reconocimiento de las potencialidades y necesidades específicas en las que se
desenvuelve su entorno. No obstante, Eloísa Vasco sustenta que: ese componente
investigativo en la actualidad, se percibe como un proceso complejo y fuera del
alcance de la labor del maestro en el medio en el que interactúa, estableciendo
una disyunta en su actuar: o se es maestro o se es investigador.
Consecuentemente,
para la producción del saber pedagógico a partir de una práctica reflexiva, el docente
puede “arriesgarse” a plantearse interrogantes, dudas y retos, que le permitan fijar
su mirada en su quehacer; Por esto se designa el tipo de investigación que se
propone para el maestro, con el término de "investigación en el
aula"; puesto que el aula es el ámbito natural de su actividad profesional,
social y académica.
Por lo tanto,
en relación con las anotaciones precedentes, se plantea la necesidad de
fortalecer la presencia de profesores capacitados y deseosos por desarrollar en
su aula un ambiente reflexivo dentro de los diferentes contextos educativos,
que se preocupen no solo por el cumplimiento de los lineamientos y contenidos
curriculares propuestos por el Men, sino por la innovación e investigación educativa,
en búsqueda de su autoformación como profesionales competentes. Un maestro-investigador rompe
con ese esquema de la investigación como un proceso complejo y admite que la
investigación inicia por y para las problemáticas existentes en el aula, donde
las interrogantes que se formulan y los resultados que se obtienen repercuten día
a día en su entorno.
Para
terminar, vale la pena mencionar que son muchas las investigaciones surgidas
para impulsar el trabajo en el aula y muchos son los maestros deseosos de
investigar prácticas educativas con el propósito de dignificar y revitalizar su
propio trabajo. Es necesario mencionar la frase de Mery Olson porque nos dice:
“Alentar a los maestros a ser investigadores es una forma de establecer un sentido
de valía y dignidad, y posibilitar un
sentimiento de esperanza, capacidad y saber.”
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